La empleabilidad tecnológica en Europa: lo que buscan las empresas
Las empresas en Europa están atravesando un cambio importante debido a la digitalización y la automatización. No es ningún secreto que los perfiles con habilidades tecnológicas avanzadas están en el punto de mira de los reclutadores, especialmente en sectores como la ciberseguridad, la inteligencia artificial o el desarrollo web. Pero, ¿qué significa esto para los nuevos talentos que buscan hacerse un hueco en el mercado laboral?
Las habilidades más buscadas en 2024
Hoy en día, tener conocimientos en áreas específicas como la inteligencia artificial o la ciberseguridad ya no es solo una ventaja, es casi un requisito. Según LinkedIn, los especialistas en ciberseguridad han sido uno de los perfiles con más crecimiento en países como Francia y Reino Unido, impulsado por el incremento de incidentes de seguridad.
La Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad (ENISA) advierte que el 60% de las empresas han sufrido algún tipo de ciberataque significativo en los últimos años. Ante esta situación, no es sorprendente que los puestos relacionados con la ciberseguridad estén entre los mejor pagados en Europa, con sueldos que rondan los 60.000 euros anuales en mercados como Alemania.
Por otro lado, la inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta clave para muchos sectores. En el Reino Unido, por ejemplo, el uso de IA para el diagnóstico temprano de enfermedades ha reducido los tiempos de detección en un 30%, lo que ha llevado a una mayor inversión en tecnologías de este tipo. Y con más inversión, viene más demanda de expertos.
El enfoque práctico: lo que realmente marca la diferencia
Lo que las empresas valoran cada vez más es la capacidad de aplicar el conocimiento en situaciones reales. Según un estudio de McKinsey, tres de cada cuatro empleadores prefieren contratar a candidatos con experiencia práctica. Esto no es de extrañar si tenemos en cuenta que el trabajo en proyectos reales prepara a los profesionales para enfrentarse a los retos que se encontrarán en su carrera.
En este contexto, los másteres tecnológicos han evolucionado para ofrecer una formación centrada en la práctica. En muchos casos, estos programas permiten a los estudiantes colaborar en proyectos con empresas del sector, lo que no solo les da experiencia, sino también la posibilidad de hacer contactos importantes para su futuro profesional.
Certificaciones y su valor en el mercado laboral europeo
Otro punto clave a tener en cuenta son las certificaciones reconocidas. En ciberseguridad, por ejemplo, una certificación como Certified Ethical Hacker (CEH) puede ser decisiva a la hora de acceder a ciertos puestos. En el campo de la inteligencia artificial, certificaciones de Microsoft o Google son muy valoradas por su enfoque práctico.
Las certificaciones, más allá de ser un documento que acredita habilidades, son una prueba de que el profesional está al tanto de los estándares del sector y tiene las competencias necesarias para afrontar los retos del día a día.
Soft Skills y adaptabilidad cultural: lo que realmente buscan las empresas
No todo se reduce a habilidades técnicas. Los reclutadores también valoran enormemente lo que se conoce como soft skills, como la comunicación efectiva, el liderazgo o la capacidad de trabajar en entornos multiculturales. En un contexto de trabajo remoto y equipos distribuidos, estas competencias son indispensables.
Un informe de PwC destaca que casi el 80% de las empresas tecnológicas en Europa tienen en cuenta estas habilidades a la hora de elegir a sus empleados, ya que son claves para gestionar equipos y proyectos de manera eficiente.
Proyección de empleabilidad en Europa
La buena noticia para quienes se estén formando o planteen hacerlo es que el mercado sigue en expansión. Los países nórdicos y Alemania, por ejemplo, han registrado una de las tasas de desempleo más bajas en el sector IT, con menos del 2%, lo cual refleja una clara tendencia de crecimiento. Además, se espera que la inversión en áreas como la inteligencia artificial y el análisis de datos siga aumentando un 15% anual hasta 2026.